Red Gold

martes, 17 de julio de 2012

~Capítulo VI - Acción~

La chica del otro curso se puso delante nuestra apuntando con la rama al nuevo sujeto en escena. Estaba tan nerviosa que el pulso le temblaba. Me puse detrás suya y pasándole los brazos por los lados acabé sujetando la rama junto a ella intentando tranquilizarla. Daniel por su parte quería irse, se le notaba el miedo en la mirada.

-¡Vámonos! ¡Se va a romper la cabeza cuando llegue! ¿Qué creéis que pasará con nosotros si nos pillan con él, eh?

La chica temblaba cada vez más y llegó un punto en el que el rubio ya estaba muy cerca. Daniel echó a correr y sin saber cómo acabó siendo sacudido por los aires.

-¡JA JA JA! Aquí no se escapa nadie.

El chico estaba en pie frente a Daniel que acababa de caer al suelo dolorido, era algo sorprendente… y no nos dimos cuenta de cuándo el rubio llegó al suelo. Mientras tanto le susurré a la chica:

-Sssh, te la voy a coger prestada.

Ella asintió y se puso detrás mía. El rubio puso la pierna sobre el pecho de Daniel y empezó a darle fuertes pisotones con los que el pobre indefenso gritaba de dolor. Miré los alrededores, no había nadie, nadie nos podría ver… Cogí carrerilla y me acerqué al rubio con el palo intentando sacudirlo.

-Oh, una valiente… Nos vamos a divertir tú y yo pero bien.

Mientras me hablaba yo intentaba darle más y más golpes, golpes que él fácilmente esquivaba con una velocidad increíble. Recordé a la mujer gótica de días anteriores y lo incapaz que fui de no poder hacer nada, ni si quiera gritar, ni huir…

-Esto es malo… ¡corre! ¡Escóndete!

La chica me hizo caso y empezó a correr. El rubio puso pose para seguirla y… ~TIC-TAC~… no se cómo paso. Quizá fuera mi voluntad de querer entorpecerlo lo que hizo que éste cayera al suelo tropezando con la rama a sus pies. Desde el suelo y mirando hacia los lados parecía que el chico buscaba la causa de su torpeza.

-No me lo puedo creer.¡¡JA JA JA!! ¡Vas a ser el postre perfecto!

El chico se puso de pie y con gran velocidad arremetió contra mí, yo por mi parte intenté parar el choque poniendo los brazos en cruz, no sirvió de nada. Me llevé una patada por la derecha y caí al suelo rodando. Dolor… el dolor me empezaba a recorrer el cuerpo. El chico rubio se giró a Daniel y… no pude ver nada más. Sangre brotaba de una herida en la cabeza y me obligaba a cerrar los ojos. Los alaridos de Daniel me golpeaban como latigazos, el rubio empezaba a reírse a carcajada viva y cuando logré ponerme en pie… Silencio.

-Oh…

Presionaba la herida con la mano izquierda mientras que con la derecha retomaba la rama. Daniel estaba tirado y… no se movía. Desgraciado… Cogí la rama con ambas manos y me quedé mirándolo.

-Me gustan tus ojos... reflejan determinación y odio. Es una pena que acaben bajo tierra.

-¿Tu nombre…

-Dro-..

Agarré bien el palo y en cuanto se dispuso a contármelo me abalancé sobre él y le propine un buen golpe en la cara.

-Aagh. ¡Perra!

Mientras se limpiaba la sangre de las nuevas heridas del rostro fui a ver a Daniel. Tenía los ojos abiertos con la mirada perdida, ya no respiraba. Se los cerré y me giré.

-¿Tu nombre? ¡JA! ¿Por qué iba a un ave importarle lo que haga una rata? No me hagas reír…

-Tsk. No me supliques cuando tenga tu cuello en mis manos, perra.

Ciertamente poco podía hacer, pero cuanto más tiempo mantuviera a éste cerca de mí más tiempo le daba a la otra chica de escapar.

… ~TIC-TAC~… El rubio se adelantó para darme un golpe por la derecha, lo esquivé, ¡bien!
… ~TIC-TAC~… Contra atacó con un golpe en el abdomen, me agaché antes de que lo hiciera y me tiré a por él. Ambos rodamos por el suelo.

¿Qué era ese sonido? Parecían las manecillas de un reloj marcando sus movimientos, marcando el tiempo. Con la caída dejé de escucharlas, pero ¿por q-.? Con los brazos juntos el rubio acabó lanzándome por los aires.

-¡¡JA JA JA!! Es raro, ¿cómo puedes ser que leas mis movimientos? Debo decir que me lo estoy pasado muy bien contigo pero… los negocios son negocios.

Con ambos puños cerrados me volvió a lanzar por los aires camino hacia el estanque. De un salto me siguió y empecé a notar quemazón en los pulmones. Su figura vista desde el agua salió volando como si hubiera recibido un buen golpe y… una “sombra” blanquecina se acercó. Poco después perdí la consciencia.



Había una ambulancia dentro del recinto, el patio estaba vallado. A mi lado estaba Nico junto con Sylph, esperaban que me despertara mientras los médicos me revisaban. Los alumnos se apelotonaban en los límites, cada vez llegaban más. Sus caras incrédulas fijaban la vista en el cuerpo de Daniel para después fijarla en mí.

-¿Ali? Menos mal que ya despertaste. Nos tenías preocupados.

Empezaba a dudar de todo, no me creía ninguna palabra de Nico, no se por qué. Los médicos se fueron al carro y en ese período de tiempo pasó algo curioso:

-¿Qué fue lo que paso? Han encontrado a Daniel muerto.

-Intenté a…

Sylph me tapó la boca con la mano para después con la otra medirme la temperatura.

-Tienes fiebre, no deberías hablar.

Nico se quedó mirándola con rabia y en parte creo que a ella también le molestó lo que hizo pero se callaba.

-¿Y la otra chica? ¿Está bien?

-… Alire… La otra chica está muerta.

-¡¿Q-Qué?!

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